Más o menos como que estamos en la mitad de la cosa, ánimo!!!
------------------------------
Y uno menos!!
Besitos a todos <3
MENTE
- ALMA - VIAJE
Los dos hombres se hundieron
en un abrazo, Bobby comenzaba a sentir que eran demasiadas las
sensaciones, no era tan joven como para soportar tanto golpe
emocional. Se apartó un poco del muchacho, mirándolo un tanto
incrédulo, preguntándose, en un lugar muy irónico de su mente, qué
cosa le parecía tan extraña, si parecía que los hermanos
Winchester no podían morir, le extrañaba que nadie hubiera creado
una religión en torno a ellos y sus resucitaciones aún.
-¿Qué está pasando? -le
interrogó.
-No tengo idea, Castiel se
apareció allá arriba, me dijo “Te necesito” y aparecí aquí.
-Es por Dean -intervino el
aludido.
-¿Qué pasa con él?
-preguntó de pronto alarmado el joven.
Bobby escogió ese momento
para hacerse a un lado, dejando visible al cuerpo recostado en la
cama. Sam inspiró fuerte a la vez que se acercaba a su hermano, los
ojos abnegándose en lágrimas, siendo testigo una vez más del dolor
de Dean.
-¿Qué pasó? -cuestionó
sin quitar la vista del pecho vendado que subía y bajaba según lo
dictaba una máquina enfrente a él.
-No sabemos bien, por lo
poco que averigüé, salvó la vida de dos niños, pero no tuve
tiempo para investigar qué estaba cazando, sólo que algo salió muy
mal.
-Eso es evidente Bobby -no
quiso que sonara tan rudo, pero era siempre lo mismo, era Dean
muriendo por otros y estaba un poco harto de que sus vidas se
midieran por cual de los dos moría más veces, intentando averiguar
cuándo se les acabaría la tortuosa suerte- Lo siento. Es sólo
que...
-No te preocupes chico, lo
entiendo -lo atajó el hombre en tanto ponía una mano sobre su
hombro en señal de consuelo- Lo que el doctor nos dijo es que perdió
mucha sangre y su corazón se detuvo unas cinco veces, pero su miedo
era que no despertara o las consecuencias al cerebro -la voz se le
quebró al final de la oración.
Sam miró al viejo cazador,
observando en las líneas de su rostro el mismo sufrimiento que debía
tener el suyo. El hombre había sido un padre, un verdadero padre
para ellos durante años, lo había arriesgado todo, una y otra vez,
simplemente porque los quería. Asintió con la cabeza en
reconocimiento, tratando de informarle sin palabras que sabía que no
era el único preocupado, el único sufriendo.
Se secó las lágrimas del
rostro y miró a Castiel.
-Dijiste que me necesitabas,
así que supongo que hay algo que yo pueda hacer por él -señaló a
su hermano- Pero no sé qué puede ser, no imagino cómo pueda
ayudarle a sanar.
-Su cuerpo se repondrá, yo
puedo sanarlo para que sea más rápido, pero es su mente lo que me
preocupa -se acercó a los hombres- Sam, durante estos meses que
estuviste muerto no fuimos capaces de localizarlo, sin embargo sé,
porque lo he experimentado, que ha estado sufriendo intensamente.
Creo que de alguna manera esas muertes momentáneas que padeció lo
forzaron más allá de su límite.
-¿De qué forma?
-Se encerró a sí mismo en
su mente, no tengo forma de acceder a él. Lo que estoy diciendo Sam
es que, si no encontramos un camino hacia el interior de la psiquis
de Dean, no volverá a despertar.
Un escalofrío de puro miedo
recorrió el cuerpo entero del hermano menor.
-Bien, entiendo, pero ¿por
qué yo? Tú has estado en su mente otras veces, sabes sobre eso.
Inclusive pueden haberlo intentado con la raíz del sueño.
-Él no está soñando Sam,
al menos no de la manera que usualmente se hace -Castiel miró a los
cazadores de pie, intentando encontrar las palabras para explicar la
situación- Dean tiene una habilidad de crear murallas, barreras
entre sus recuerdos, su mente está repleta de ellas, cada una está
allí por una razón, evitar que él acceda a esos momentos
específicos sin quererlo. Puede ingresar a cada parte de sus
memorias si él lo desea, pero no lo hará por accidente. Ha hecho
eso desde pequeño, mientras estuve en su mente vi que la primer
barrera fue creada luego de la muerte de su madre. A partir de eso ha
hecho muchas y yo no puedo traspasarlas, nadie puede. Lo que hizo
ahora es algo viejo e instintivo para él, sólo que esta vez afectó
a toda su mente.
-Bien -habló Bobby- El
chico está atrapado en él mismo, pero si tú no puedes hacerlo, y
tampoco podemos nosotros, ¿cómo vamos a ayudarlo?
-Tú no puedes Bobby, pero
Sam sí.
-¿Por qué?¿Cómo?
-preguntó el menor curioso.
-Ustedes comparten un lazo
especial.
-No lo sé Cass, sé que
somos hermanos, pero lo de ustedes es extraño, estoy seguro de que
se ha sincerado más contigo que con nadie, y si te mantiene alejado
a ti, pues dudo mucho que me acepte a mí, él nunca ha estado muy
conforme con que yo me metiera en sus secretos.
-No se trata de permisos
Sam, cuando alguien está en la misma situación que Dean hay sólo
un tipo de persona con la capacidad de ayudar.
-La misma sangre -aventuró
Bobby.
-No. Ni familiares, ni
hermanos, padres o amigos -el ángel miró al menor de los
Winchester- Sólo las almas gemelas y las complementarias pueden
hacerlo.
Ambos humanos se quedaron
quietos, muy quietos, porque...¡vamos!...“¿almas gemelas?”,
¿Dean y Sam? ¡pero si no existían dos personas más opuestas! Se
peleaban por todo, la música, la comida, las mujeres, todo.
-Es imposible. Que Dean y yo
seamos eso -refutó Sam- Cuando...cuando estuvimos los dos en el
Cielo Ash me dijo que las almas gemelas compartía el Paraíso, Dean
y yo no hicimos eso. -Bobby no sabía nada al respecto y le estaba
doliendo la cabeza sólo de intentar comprenderlo, ¿es que los
chicos eran pareja o algo así?
-Tú y Dean son almas
complementarias, es así como funciona el Paraíso para gente como
ustedes -señaló Castiel.
-No -insistió insistente
Sam- Todos nuestros recuerdos eran diferentes, de hecho nos peleamos
por eso -informa Sam pensando en voz alta.
-Realizaron el viaje juntos
-agregó el ángel.
-Sí, pero porque morimos
juntos.
-Sam, para empezar, tú,
moriste primero, para seguir, hay personas muriendo al mismo tiempo
cada día y no por eso hacen el viaje al Paraíso juntos. Es lógico
que sus recuerdos fueran diferentes, se debe a que han tenido
distintas experiencias, pero lo importante es que iban juntos, ambos,
en un auto, una carretera, un único destino final.
-N...no, NO,
yo...nosotros...¡demonios Cass! ¡Él se dio por vencido a causa de
eso, casi...casi se suicida! Le iba a decir que sí a Michael a causa
de ello. Por Dios...es que, no puede ser.
Sam terminó gritando a la
cara del ángel, escupiendo las palabras, Bobby lo sujetaba por
detrás, intentando impedir que el muchacho le pegara a Castiel y se
hiciera daño. El otro ser miró directo a los ojos enfurecidos del
joven y dio un paso hacia él, no tenía tiempo para perder en
explicaciones, pero así era con los Winchester, y sobre todo con
Sam, él necesitaba saber el “porqué” de todo, y daría más
resultado hablar, que ordenar.
-¿Sabes por qué me dejaron
resucitarte? -la pregunta descolocó a Sam- Eso no es tan fácil como
piensas, no estoy hablando de darle vida a un cuerpo como en el caso
de Bobby, estoy hablando de crear uno nuevo, de cero, de la misma
manera que cuando trajimos a Dean del Infierno. ¿Sabes cuántas
veces ha sido hecho eso por los ángeles? ¡TRES! -Cas levantó un
dedo frente a los ojos de Sam- ¡Dean! -levantó otro dedo sumándolo
al primero- ¡Adam! -sumó un tercero- ¡Tú!, en toda la historia de
la humanidad, ¡TRES veces! – juntó los dedos en un puño- Y te
tocó a ti ahora, porque no estabas en paz -dejó caer el puño-
¿Sabes por qué eso es importante? -ninguno de los hombres tenía
respuestas a esas preguntas que, en realidad, eran pura retórica-
Porque un alma que no está en paz desestabiliza el Paraíso, lo
quiebra, lo llena de grietas hasta causar su destrucción. Cada alma
debe estar en perfecta sincronía con ese lugar, por completo
conforme y feliz con el sitio en que se encuentra. Pero tú no
estabas en paz, de hecho, sufrías, sufrías por tu hermano. ¿Sabes
por qué eso no pasa con las otras almas? Porque en cuanto llegan al
Paraíso son felices más allá de lo que dejaron detrás, amores,
hijos, hermanos, padres, nada rompe ese estado, porque éste inunda
sus almas y no pueden ver más allá de el -sortea a los dos hombres
y se interpone entre ellos y el enfermo- Tu alma no pudo alcanzar ese
estado por más que un instante, el segundo que te llevó recordar a
tu hermano, el momento que le tomó a tú alma reconectarse con su
otra parte, con el alma de Dean -estudió al yaciente- En muy pocos
casos se genera lo que conocen como “almas gemelas”, las almas
suelen ser únicas, un alma, un cuerpo, sin embargo hay ocasiones en
que surgen dos almas idénticas que ocupan cuerpos diferentes, pero
sus sentimientos y estados no se traspasan una a otra porque, aunque
sean iguales, son individuales -Sam estaba más confundido a cada
palabra.
-No entiendo, entonces ¿qué
pasó con nosotros?
-Pasó que lo de ustedes es
aún más raro, no poseen almas gemelas, lo que tienen son almas
complementarias. Dos almas, diferentes la una de la otra, como las
dos caras de un moneda, distintas, pero formando parte de lo mismo.
Tu alma y la de Dean son así, pueden estar por separado, pero juntas
funcionan mejor, y si una de ellas está en sufrimiento, la otra
simplemente no podrá ser feliz. Es más complicado porque el estado
de una de esas almas altera de inmediato la otra, no sabemos bien
cómo pasó, pero es como si las almas de ustedes fueran dos mitades
que forman una sola entidad.
Castiel posó dos dedos en
la frente de Dean, estudiándolo, sabiendo que no encontraría ningún
resquicio por el cual colarse, el hombre se había convertido en un
especialista en crear murallas defensivas, sonrió irónico, ni
siquiera Muerte era tan bueno como Dean creando paredes. Miró al
hermano menor, evaluándolo, preguntándose si Sam tendría la fuerza
necesaria para llegar y ayudar a su hermano, pero no había opciones,
nadie más que él podría iniciar ese viaje.
-Es por eso que tú puedes
entrar en su mente Sam, su alma te reconocerá por lo que eres y no
sólo te abrirá una puerta de ingreso, sino que te ayudará a
salvarlo.
Bobby pasaba su mirada del
durmiente al recién resucitado, comprendiendo de repente esa
relación casi enfermiza entre ellos, la dependencia que tenían uno
sobre el otro.
-Dean se reiría o golpearía
de estar despierto -acotó Sam en medio de su aturdimiento.
-Lo dudo -replicó Castiel
enigmático.
Se quedaron todos en
silencio unos instantes, digiriendo la información, asumiendo las
implicancias de la misma, intentando interpretar todo su alcance.
-No me importa nada de eso,
ni siquiera lo entiendo del todo, me interesa saber cómo ayudamos a
Dean -habló Bobby trayendo a todos a la realidad inmediata.
-Él tiene razón -y
dirigiéndose a Castiel agregó- Dime qué debo hacer.
-Recuéstate en la otra cama
-el hombre siguió su orden- Escucha bien lo que te digo Sam, voy a
dormirte y a enlazar tu alma con la de tu hermano, eso hará que tu
mente pueda ingresar a la de él. Una vez dentro debes buscar al Dean
que se mantiene encerrado y romper sus murallas, sacarlo de allí, el
problema es que no sé dónde puede estar ni cómo podrás sacarlo,
pero su alma te ayudará a encontrar esas respuestas, ¿entendido?
-Sí.
-Sam -agregó en un suspiro-
Debes tener cuidado, a diferencia tuya, ningún recuerdo de tu
hermano ha sido borrado, todo lo que él vivió está allí, te lo
advierto, hay cosas que no deberías intentar conocer, no sólo por
tu bien, sino también por el suyo. Si veo indicios de que todo se
está complicando te sacaré de allí.
-Tendré cuidado, pero no me
saques hasta que el trabajo esté hecho -miró fijo los ojos azules
hasta ver en ellos aceptación- ¿Qué hago ahora?
-Duerme -dijo Castiel
mientras tocaba su frente y Sam caía preso de un pesado sueño.
-¿Estará bien? -preguntó
preocupado Bobby.
-No lo sé, sólo sé que de
él depende que ambos regresen a salvo.
***
Abrió los ojos de pronto,
el corazón latiendo feroz, la sangre resonando en sus oídos, se
sentía extraño, cansado y excitado, de la misma manera en que su
cuerpo reaccionaba al terminar una cacería. Le tomó unos minutos
recordar todo lo acontecido ese día, si es que era el mismo día,
pero fuera así o no, él debía estar ahora dentro de la mente de su
hermano, solo que no veía nada más que un espacio en apariencia
infinito.
-Hola Sam.
La voz suave lo hizo volver
la cabeza de golpe, para encontrarse a un niño claramente visible en
la penumbra, era pequeño, no más de diez años, alto y delgado,
rostro inocente, los ojos iluminados de igual manera que la sonrisa
bordeada de hoyuelos, parecía cómodo en ese lugar extraño, es más,
se lo veía...feliz.
-¿Qué haces aquí? -le
preguntó curioso.
-Soy tu guía en éste
lugar.
-Tú eres yo – señaló
con obviedad y aún así cargado de incredulidad.
-Sí y no. -Sam comenzaba a
sentirse mareado y ni siquiera había tenido atisbo del verdadero
interior de su hermano- Soy una representación de ti, soy el tú que
existe dentro de Dean.
-No estoy entendiendo. -la
risa suave del niño lo acompañó.
-Soy la forma en la que Dean
te ve a ti -explicó con paciencia.
-Eres tan sólo un niño
-empezaba a creer que Castiel le había borrado la inteligencia al
dormirlo.
-Sí, lo soy -aceptó el
pequeño- Estoy formado por la unión de los recuerdos e impresiones
que Dean tiene de ti. Soy el Sam que vive en la mente de nuestro
hermano. Hay aquí una versión de cada persona que él ha conocido,
como hay en tu cerebro una versión de cada persona que tú has
conocido. Yo estoy aquí para guiarte en el viaje que has emprendido,
no hay manera que puedas llegar a Dean por ti mismo, así que yo te
ayudaré.
-¿Eres la manera en que mi
hermano me percibe? -Sam empezaba a entender y por alguna razón
también a temer.
-Así es y yo te enseñaré
a ver al Dean que nadie conoce, al Dean que realmente es. Es un
privilegio Sam, recuerda eso, nadie está destinado a ser conocido de
la manera que tú llegarás a conocer a tu hermano, ten mucho cuidado
porque lo que aquí descubras cambiará tu percepción sobre él,
pero también te dará armas para causarle mucho daño, daño letal.
-No voy a lastimar a mi
hermano. -replicó Sam enojado con su mini versión.
-No lo entiendes Sam -señaló
el niño moviendo la cabeza en un gesto negativo cargado de
decepción- Hoy por hoy, sin saber nada de lo que vas a ver aquí, tú
eres la persona que más puede lastimar a Dean, la que más lo ha
hecho. No existe criatura sobrenatural, demonio o ángel capaz de
causar más dolor a nuestro hermano que tú.
-Eso no es cierto.
-Sí, lo es y cuando
experimentes el verdadero Dean sabrás que tan ciertas son mis
palabras -el niño se acercó a él, alzó la mirada y lo estudió
unos instantes, clavando en el hombre unos ojos multicolores que se
le antojaron más brillantes que los propios- Prométeme que no
usarás lo que aprendas de mala manera.
-No quiero dañar a Dean,
quiero ayudarlo -insistió terco y enojado el hombre.
-Lo sé, pero quiero tu
promesa Sam, ésta -puntualizo enfático- es una promesa que harás
tanto a ti mismo como a Dean, promételo.
-Lo prometo -aceptó Sam con
la sensación de haber vivido un momento de absoluta relevancia.
-Bien, empezaremos nuestro
viaje. -el niño se adelantó unos pasos saltando feliz y luego se
volvió con una sonrisa decorando su rostro- Por cierto, mi nombre es
Sammy.
------------------------------
Y uno menos!!
Besitos a todos <3
No hay comentarios:
Publicar un comentario