Bueno, éste no es el primer fic que escribí basado en Supernatural, pero es especial por muchas razones.
1- Es el primer fic largo que hice.
2- Lloré como loca mientras lo escribía, con el rollo de papel higiénico al lado, sip, lloro mucho y se me terminan los pañuelos con lo cual recurro siempre a la misma cosa ;__; el bendito royo.
3- Ha sido elegido por una traductora para pasarlo al ruso, lo cual me llena de orgullo :D
Datos del fic:
Título: Dean, MI hermano.
Extención: 7 capítulos.
Cantidad de palabras: 12.745 (según mi office)
Estado: completo
Personajes: Dean y Sam Wincester con mención a varios otros.
Ubicación temporal: entre los capítulos 5x16 (Dark side of the moon) y 5x18 (Point of no return), con ligera mención al final de la quinta temporada.
Resumen: Sam adquiere una nueva habilidad que le permite conocer mejor a su hermano.
Géneros: Angustia, Dolor, Familia.
Categoría de público: [PG]
Aclaración-1: los personajes de Supernatural, como la serie misma no me pertenecen, los desvaríos en que los uso sí :P
Aclaración-2: si no han visto la quinta temporada quizás les convenga mantenerse alejados de éste fic ;)
Naturaleza
La luz le despierta sin contemplaciones, algo va mal, muy mal. Abre los ojos y lo asusta y desorienta aquello que ve. Debería estar en una cama pequeña en la habitación de un roñoso hotel, su hermano estaría durmiendo en la cama gemela y la noche presente en la ventana. En cambio está en el césped del jardín de una casa, el sol en su plenitud y su hermano ha desaparecido.
-Dean- murmura, pero sabe que es inútil, su hermano no está allí.
Por lo menos en el patio, porque vuelve a mirar la casa y esta vez la reconoce, es su casa, la casa donde vivió de bebé, aquella donde murió su madre, la que Dean juró no volver a pisar. Y ahora una sospecha se abre por su confusa mente. Se pone de pie en dirección a la ventana de la cocina. Su sospecha se confirma.
Del otro lado del vidrio ve a su familia, o a la familia de Dean, él nunca tuvo eso que está ahí.
Su madre está sentada y trabaja pintando un pequeño cuadro, por el motivo del mismo Sam presiente que esa obra es para su propio cuarto. Su hermano mayor también está allí, en un rincón, jugando, no puede tener más de cuatro años. Sam lo estudia y algo se le atasca en la garganta, es tan solo un niño, un niño pequeño y feliz, un niño que pronto aprenderá que la vida es dura e injusta.
De repente su madre hace un gesto de dolor y lleva la mano a su abultado vientre, ahora Sam sabe dónde está él en esta casa, en el cómodo y protector vientre materno, pero también nota algo más, Dean ha dejado sus juegos y se acerca a su madre, la ventana es delgada y Sam escucha todo como si estuviera dentro.
-Ma ¿estás bien?- pregunta preocupado, y el nudo de la garganta de Sam se agranda. Comprende que la capacidad de su hermano mayor por intuir cuando alguien no estaba bien y de preocuparse es algo innato en él, comprende que su hermano no se preocupa porque John lo haya declarado protector del menor, lo hace porque así es él, esa es su naturaleza.
-Sí pequeño- le responde su madre con una voz suave y cariñosa a la vez que lo mira directo a los ojos- Es tu hermano que está ansioso por conocerte.
El pequeño la mira por unos instantes, como sopesando la información, luego saca la lengua y la pasa por su labio superior, en un gesto tan familiar para el observador que le cuesta tragar, el niño ha tomado una decisión, rápido y sin pensar mucho, bah! como siempre. Adelanta sus manitas y las pone una a cada lado de la panza de su mamá, se acerca más hasta que el ombligo saltón le apunta directo a la nariz.
-Hola Sammy- dice hablando directo a la prominente muestra del embarazo- Yo también tengo muchas ganas de conocerte, pero cuando te mueves así a mamá le duele, por favor Sammy, si te quedas quieto un ratito yo te prometo que cuando salgas te presto TODOS mis juguetes- le da un beso a la panza y mira a su madre.
Ésta apenas puede contener las lágrimas de ternura que le han inundado los ojos, pero observa que su pequeño niño comienza a preocuparse nuevamente y se traga la emoción.
-Gracias, cariño. Se ha tranquilizado- hace un silencio brusco y toca su vientre, sus ojos lo dicen todo, está realmente sorprendida- ¡De veras! Se ha.....se ha quedado quieto.
Ante esta nueva condición el pequeño Dean sonríe abiertamente y vuelve saltando a sus juguetes, pero Sam sigue viendo a su madre y adivina que ella está confusa, que no le ha mentido al pequeño, su bebé ha dejado de patear. Y Sam sonríe también emocionado, aparentemente su hermano mayor siempre ha tenido la habilidad de razonar con él, aun cuando ni siquiera había nacido.
La luz desaparece en un instante y Sam despierta medio sentado en la cama del hotel, su hermano descansa en la cama de al lado y la noche permanece serena. Ha tenido un sueño, un sueño de lo más extraño, lo peor es que intuye que no ha sido sólo eso, presiente que lo que ha visto ha pasado realmente. Lo asusta saber que quizás, sin pretenderlo, ha espiado los recuerdos de Dean. Pero siente algo más, su hermano se remueve en la cama y forma con los labios su nombre “Sammy” y Sam debe abandonar la habitación, porque entiende lo que ha sucedido, lo que ha visto y se siente culpable. Ha presenciado otro recuerdo feliz de su hermano, otro momento preciado, otro día en familia y todo lo que él le había mostrado eran sus momentos de huida, todas las veces que lo había abandonado.
-Dean- murmura, pero sabe que es inútil, su hermano no está allí.
Por lo menos en el patio, porque vuelve a mirar la casa y esta vez la reconoce, es su casa, la casa donde vivió de bebé, aquella donde murió su madre, la que Dean juró no volver a pisar. Y ahora una sospecha se abre por su confusa mente. Se pone de pie en dirección a la ventana de la cocina. Su sospecha se confirma.
Del otro lado del vidrio ve a su familia, o a la familia de Dean, él nunca tuvo eso que está ahí.
Su madre está sentada y trabaja pintando un pequeño cuadro, por el motivo del mismo Sam presiente que esa obra es para su propio cuarto. Su hermano mayor también está allí, en un rincón, jugando, no puede tener más de cuatro años. Sam lo estudia y algo se le atasca en la garganta, es tan solo un niño, un niño pequeño y feliz, un niño que pronto aprenderá que la vida es dura e injusta.
De repente su madre hace un gesto de dolor y lleva la mano a su abultado vientre, ahora Sam sabe dónde está él en esta casa, en el cómodo y protector vientre materno, pero también nota algo más, Dean ha dejado sus juegos y se acerca a su madre, la ventana es delgada y Sam escucha todo como si estuviera dentro.
-Ma ¿estás bien?- pregunta preocupado, y el nudo de la garganta de Sam se agranda. Comprende que la capacidad de su hermano mayor por intuir cuando alguien no estaba bien y de preocuparse es algo innato en él, comprende que su hermano no se preocupa porque John lo haya declarado protector del menor, lo hace porque así es él, esa es su naturaleza.
-Sí pequeño- le responde su madre con una voz suave y cariñosa a la vez que lo mira directo a los ojos- Es tu hermano que está ansioso por conocerte.
El pequeño la mira por unos instantes, como sopesando la información, luego saca la lengua y la pasa por su labio superior, en un gesto tan familiar para el observador que le cuesta tragar, el niño ha tomado una decisión, rápido y sin pensar mucho, bah! como siempre. Adelanta sus manitas y las pone una a cada lado de la panza de su mamá, se acerca más hasta que el ombligo saltón le apunta directo a la nariz.
-Hola Sammy- dice hablando directo a la prominente muestra del embarazo- Yo también tengo muchas ganas de conocerte, pero cuando te mueves así a mamá le duele, por favor Sammy, si te quedas quieto un ratito yo te prometo que cuando salgas te presto TODOS mis juguetes- le da un beso a la panza y mira a su madre.
Ésta apenas puede contener las lágrimas de ternura que le han inundado los ojos, pero observa que su pequeño niño comienza a preocuparse nuevamente y se traga la emoción.
-Gracias, cariño. Se ha tranquilizado- hace un silencio brusco y toca su vientre, sus ojos lo dicen todo, está realmente sorprendida- ¡De veras! Se ha.....se ha quedado quieto.
Ante esta nueva condición el pequeño Dean sonríe abiertamente y vuelve saltando a sus juguetes, pero Sam sigue viendo a su madre y adivina que ella está confusa, que no le ha mentido al pequeño, su bebé ha dejado de patear. Y Sam sonríe también emocionado, aparentemente su hermano mayor siempre ha tenido la habilidad de razonar con él, aun cuando ni siquiera había nacido.
La luz desaparece en un instante y Sam despierta medio sentado en la cama del hotel, su hermano descansa en la cama de al lado y la noche permanece serena. Ha tenido un sueño, un sueño de lo más extraño, lo peor es que intuye que no ha sido sólo eso, presiente que lo que ha visto ha pasado realmente. Lo asusta saber que quizás, sin pretenderlo, ha espiado los recuerdos de Dean. Pero siente algo más, su hermano se remueve en la cama y forma con los labios su nombre “Sammy” y Sam debe abandonar la habitación, porque entiende lo que ha sucedido, lo que ha visto y se siente culpable. Ha presenciado otro recuerdo feliz de su hermano, otro momento preciado, otro día en familia y todo lo que él le había mostrado eran sus momentos de huida, todas las veces que lo había abandonado.
Continuará...
Bueno, espero que les haya gustado, tanto si es así como si no lo es, si tienen algo que opinar o contar, si les sacó una sonrisa, por favor, dejen un comentario!!! :)
Besos y Buena Suerte!!
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