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miércoles, 23 de febrero de 2011

Dean, MI hermano: Capítulo 5

Y como he estado perdida subo dos juntos para compensar!!


Soledad

Otro sueño, otra noche y Sam comenzaba a odiar su nueva habilidad, siempre había querido saber más sobre su hermano pero esto era diferente, ver la otra cara de sus propias experiencias dolía porque al parecer Dean siempre terminaba cargando con la culpa y no entendía que propósito tenía ver todo eso.
Su hermano trabajó todo el día en el Impala que tenía algunos desperfectos aprovechando la ausencia de algún caso interesante. A la noche ya no iba por mujeres, conseguía una botella de algo fuerte y caía desmayado en la cama, no hablaba, estaba distante y cansado.
Como de costumbre no pasaba mucho hasta que él mismo caía rendido y pronto despertaba en la vida de su hermano. 

“¡Maldita sea!” reconocía otra vez el sitio y ya quería darse la cabeza contra algo, lastimarse para ver si de esa manera podía salir de esa pesadilla en que se habían convertido las primeras horas de su sueño.
Estaban en una cacería, un ser extraño al que se enfrentaron una única vez, sabía que allí en alguna parte su padre acechaba y Dean le vigilaba, pero al que veía era a él mismo, entre las ramas de los árboles y arbustos, agachado, sigiloso, siguiendo el rastro de una bestia peligrosa de la que casi no sabían nada excepto que mataba familias y para destruirla necesitaban madera santificada. Se ve a sí mismo y reconoce ese momento como el último en que estaría junto a su padre y hermano por dos años, esa era la noche en que dejaba a su familia para ir a la universidad. Odiaba esto porque creía saber a dónde llevaba, la angustia que le provocaría a su hermano y otro momento glorioso que se vería empañado por la “otra cara de la moneda”.
Y sí, Dean está allí, le observaba desde un lugar que su otro yo no puede ver, sin enterarse que estaba ahí para protegerlo y eso hiso porque ve antes que él o su padre a la criatura que le ha escogido como presa. Como solía hacer, su hermano se interpuso entre la presa y el Shavro. Fue un movimiento rápido y certero, en instantes su hermano estaba frente a la criatura y la hacía cambiar de dirección, Sam escucha sus propios gritos y los de su padre llamando a Dean, pero éste está demasiado ocupado recibiendo un zarpazo en el brazo y protegiendo su cuello de los temibles y afilados dientes. Aún tirado en el piso trata de alcanzar la estaca de madera que llevaba, arrastrando los dedos y retorciéndose porque el Sharvro se ha encaprichado con la herida y entierra en ella sus asquerosas garras, Dean logra alcanzar el arma y con un giro fluido y fuerte la clava en la sien del ser que le tiene atrapado, la criatura se queda quieta y cae muerta hacia un lado, logra ponerse en pie y examina la herida, sangra pero no parece seria, se coloca la chaqueta de cuero que perdió en la pelea y ésta disimula todo el estropicio. Aún se oyen los gritos de su familia así que se dirige hasta ellos.
-Ya está hecho- informa. 
Su padre y hermano lo miran y ninguno de ellos nota la mueca de dolor, porque su padre ya está emprendiendo el reto contra Sammy, por haberse descuidado e incumplido con las órdenes dadas, se suponía que tenía que quedarse en el auto y servirles de apoyo, no de carnada. Comienzan los gritos e insultos y ambos se dicen cosas horribles. El observador no los mira, ya recuerda eso, pero lo que no recuerda es la expresión de su hermano, éste tiene los ojos como vacíos, de aparente resignación, casi como si adivinara lo que estaba por suceder. De pronto su cara se contrae en una mueca de dolor y lleva la mano izquierda al brazo herido.
Sammy y John siguen discutiendo y no lo notan, el sudor comienza a perlar la frente de Dean y pasa la lengua por sus labios, respira más agitado, algo no va bien. Pero Sam está ahí y no recuerda nada de eso, nunca supo que su hermano fuera lastimado ese día, no recuerda las pequeñas gotas de sangre cayendo al piso desde su mano apretada en un puño, ¿cómo había dicho Dean? “Una de las peores noches de mi vida” y quizás se refería a algo más que solo el alejamiento de su hermano.
-Papá- reclama Dean, pero su padre está demasiado ocupado enfrentándose al menor de sus hijos.
-Sammy- intenta ahora, pero a éste tampoco le interesa lo que su hermano tenga para agregar, esa noche no le importa nada, esa noche su padre le ha cansado.
Siguen discutiendo, que la caza, que los estudios, que la vida normal, que el entrenamiento, sólo están tirándose toda la mierda encima y no les importa los daños colaterales.
-Entonces VETE, vete y no vuelvas- exclama el padre.
Y Sam sabe que ahí terminó la pelea, sabe que miró a su padre y aunque le dolía irse así esa era su oportunidad y quizás no tuviera otra, recuerda todo eso, tomó lo poco que tenía en el auto sin mirar a su padre, luego se volvió a su hermano, lo miró con lástima y bronca conjugadas, él quería a su hermano pero odiaba esa vida, Dean no le había dicho nada, el creía porque estaba dolorido por su marcha, ahora no estaba tan seguro, algo más pasaba, su hermano mayor apretaba los dientes y un músculo se contraía en su mandíbula, pero no decía nada. Siguió con la mirada a su hermanito que se dejaba, tragó con dificultad y subió al auto. Y el Sam intruso le siguió.
Su padre condujo hasta el hotel que en el que se había hospedado tres días atrás al inicio de la cacería, frenó en la puerta del cuarto pero no detuvo el auto.
-Papá...- empezó a decir su hermano.
-Ahora no Dean- cortó de lleno John- Necesito pensar y aclararme. Me voy unos días, no te preocupes, no voy a cazar- miró a su hijo mayor- Por favor Dean, baja.- le dijo y el dolor que no había demostrado mientras peleaba con el menor se dejó ver en sus ojos.
Dean lo observó y pudo ver sin problemas lo mismo que Sam veía ahora y su hermano siempre había sabido dar el espacio que los demás pedían.
-Sí, señor- dijo su hermano y cumplió con la orden.
Se quedó allí de pie mientras su padre se alejaba con el Impala quien sabía a donde. Entonces el dolor que había estado sufriendo le venció y sosteniendo el brazo lastimado cayó al piso. Sam intentó sostenerlo pero sólo atrapó aire. Como pudo, en cuatro patas Dean logró entrar en la habitación, tomó el teléfono y marcó un número.
-Caleb, sí soy yo. Necesito tu ayuda...No, está bien, no hay problema, sólo dame información- mientras hablaba con el amigo de su padre forzaba la voz para parecer normal y apretaba la herida cada vez más fuerte. 
Sam podía ver lo nudillos blancos y el sudor cayendo por su cara.
-Un Sharvro...sí, lo matamos pero quiero saber qué pasa si te clava sus garras...¿veneno?, ¿qué clase?¿hay antídoto?...¿qué? Ok, no ya te dije que no es nada. No Cal, es sólo que tenía mis dudas. Sí, a veces yo también intento aprender algo. Hasta pronto Cal y gracias.
-Bueno Dean, estás jodido amigo- se dijo a sí mismo- Según Caleb esa cosa tiene un veneno bien bonito, no te vas a morir condenado pero las vas a pasar negras durante un par de días- respiró profundo- Primero la cura.
Un poco enclenque se paró y comenzó la búsqueda de lo que Sam suponía eran las cosas recetadas por Caleb. Las desparramó todas sobre la mesa a la vez que encendía la cocina, sobre la hornalla colocó la hoja de un cuchillo, se sacó la campera y el resto de la ropa hasta quedar con el torso desnudo, la herida estaba abierta y más sangre de la que Sam habría creído manaba de ella. Dean tomó otro cuchillo y pasó la hoja por la carne abierta haciendo un corte profundo en forma de cruz, respiraba fuerte, apretaba los dientes y se retorcía, pero no gritaba, después de terminar los cortes estaba tan pálido que Sam creyó se desmayaría pero su hermano era fuerte y resistió. Éste tomó agua bendita y la esparció por toda la herida y agarrando el cuchillo al rojo vivo de la cocina, respiró un par de veces y lo apretó contra ella. Un grito estrangulado se escapó de su garganta y el dolor lo tiró al piso provocándole arcadas, pero en ningún momento soltó el arma hasta que esta volvió a su color original.
Sam estaba a punto de llorar, otra vez su hermano, otra vez ese cabezota, no pidió ayuda a nadie, se quedó ahí viendo como todos hacían sus dramas y él se tragó los suyos. 
Lo que Sam no sabía aún es que todo eso acababa de comenzar, porque ese veneno no sólo infectaba la carne, infectaba la mente y contra eso no había antídoto más que el tiempo.
Dean dormitaba de a ratos, Sam se había acercado a la cama y podía ver lo enfermo que estaba, seguro que tenía fiebre y parecía que le dolía todo el cuerpo. 
-Aaaagghhh!- exclamó de repente, curvando la espalda y estrujando las sábanas con las manos. 
-Mamá...¿qué pasó con mamá?...¿papi?
-MAMÁAA!!!
-No llores Sammy, yo voy a cuidarte.
-¡Te extraño mami! Te extraño, te extraño, te estrañ...
-No te preocupes papá, todo va estar bien...
-Papá va estar bien Sammy, porque papá es como un súper héroe, él va estar bien, tiene que estar bien...
-Lo siento papá, lo siento, me descuidé. No señor, no volverá a pasar...seguiré cada orden...
-¡Sammy! SAMMY, por Dios ¿estás bien?
-¡¡AAAHHH!! SAMMY, ¡¡NO!! Noooo...no.....no, él no...Sammy no...
-Papá...¡¡PAPÁ!!!!!!!!!!!!!!!!
Y Sam sufre sin poder hacer nada, queriendo volver atrás en el tiempo, volver a ese momento en que escuchó su nombre en un susurro y cerró sus oídos.
-NO, no te vayas, Sammy!!
El cuerpo de su hermano se movía violento por las contracciones y espasmos, Sam veía la el sudor y la sabía consecuencia de la alta fiebre que sufría. 
-¡Detente! Papá no lo digas. ¡Basta! Por favor, no peleen, por favor, por fav...Aaaagg!!
-Sammy no te vayas, no nos dejes...no me dejes.
-Sammy...Sam-my...Samm...
-Lo siento Sammy...
Sam sujeta su cabeza con las manos, intentando apagar el sonido de la voz de su hermano.
-Basta, basta, por favor, basta...-repite una y otra vez.
-¡SAM! SAM, ¡¡¡DESPIERTA!!!- esta vez es el vozarrón de su hermano, el de ahora, el mayor y Sam despierta sentándose en la cama.
-Dean!
-¿Pero, qué te pasa?¿estás bien?- pregunta preocupado como siempre el mayor
-Sí, sólo una pesadilla.
-¿Quieres contarme?
Sam lo mira, ¿qué le diría?, “hey, hombre, sabes qué, resulta que estuve viendo lo hecho mierda que estabas el día que me fui y te dejé tirado. Y por cierto, quién carajo te dijo que debes hacer todo solo y pasar por lo jodido sin ayuda”.
-No la recuerdo Dean, era fea la desgraciada, pero se me ha borrado. 
Dean no le cree, claro, pero tampoco puede hacer nada. Así que vuelve a acotarse.
-Lo siento Dean.
-¿Por qué?
“Por dejarte solo en la vida” piensa
-Por despertarte- dice.

Al dormirse descubre que la pesadilla no termina, pero por suerte la peor parte ha pasado, su hermano está de pie y en condiciones. Ya tiene el cuarto ordenado y los pertrechos listos para partir. Cerca del mediodía su padre llega a buscarlo, entra precipitado y en la cara una huella de preocupación.
-¡Dean!¿estás bien?
Su hijo lo mira inocente.
-Sí señor ¿por qué?
Su padre lo mira de arriba a abajo constatando que sea cierto lo que le dice pero no descubre pruebas de nada raro.
-Caleb me llamó ayer a la noche, me dijo que le preguntaste por el veneno de Sharvro.
Dean lo estudia un segundo y le dedica una sonrisa de medio lado a su padre.
-Ah! Eso. No fue nada, un rasguño, después de que te fuiste comencé a sentirme mareado y lo llamé. Hice lo que me indicó y estuvo bien, nada grave.- declara restándole importancia a todo lo sucedido los últimos dos días.
Sam puede ver que su padre no lo cree del todo, pero no tiene pruebas. Se acerca a su primogénito y lo abraza. Dean está tan sorprendido como Sam.
-Lo siento hijo.- dice John.
-No pasó nada papá. No te preocupes por mí, estoy bien.
La muestra de afecto dura sólo segundos, John corta el lazo y recoge sus cosas y las de Dean saliendo de la pieza hacia el Impala. El joven se vuelve al llegar a la puerta y observa la habitación, la tristeza que transmite golpea a Sam.
Va hasta la cama que él mismo ocupaba en ese cuarto y toma una camisa olvidada, la mira durante unos segundos hasta que escucha a su padre llamándolo, la mete entre sus cosas y se marcha.


Sam despierta por segunda vez esa noche, esta vez no se mueve, sólo mira hacia el techo y piensa en Dean.
Dean su hermano, su cabezota, terco, autosuficiente y completamente dependiente hermano, el hombre que siempre ayudaba y nunca pedía ayuda, el hombre más solitario que conocía.


Continuará...

Un comentario...por fi!

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