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lunes, 28 de marzo de 2011

Misión - Capítulo 11

Oh, sí, sigo bien, vamos bien!! Cuando se me corte la inspiración van a matarme!!


Capítulo 11


Las reuniones seguían sucediéndose y ahora eran tantas y en tantas partes que habían recibido llamada del agente Hickman para tratar de averiguar por qué había gente que debía estar muerta caminando por cada rincón del planeta, porque no todos los cazadores eran conocidos pero había un porcentaje de ellos que sí, y cuando más y más gente informa que ha visto a su vecino muerto desde hace un tiempo paseando por el patio trasero a la policía no le queda otra que investigar, y si en el curso de dicha investigación se descubren que la gente no está loca y realmente hay muertos volviendo a la vida entonces informan al FBI y, el FBI manda a hacer reconocimiento al nuevo agente de los expedientes X, o sea Hickman, porque los expedientes X no existen, cómo las brujas, pero que los hay, los hay y no se llaman expedientes X, se llaman “SPN Files” es decir “SuPerNaturales Files”.
Después de todo, por más idiota que sea la fuerza de la ley en algún momento ha tenido que registrar algo extraño, en todos los años que suceden hechos sobrenaturales algún agente ha tenido que investigarlos y resulta que Hickman y Weiss han sido destinados a echar un vistazo a esos no existentes archivos. Destino que los ha llevado de cabeza a Dean y Sam, ¡cómo no!
Por suerte para los hermanos en lugar de juzgar los agentes quieren ayudar, así que en menos de lo que pudieran imaginar tienen a una red mundial localizando y trasladando a los cazadores desde los cuatro puntos cardinales. Esto provocó otro incidente que los agentes han sabido controlar, por muy extraño que parezca, o no, los satélites captan muchas cosas y una de ellas es a personas, un dato que no es menor cuando en un lugar, en el centro de los Estados Unidos, se empiezan a congregar miles de personas que entrenan cada día como si estuvieran a punto de declarar una guerra civil. Consecuencia de la tecnología ahora hay una facción, también “X” es decir “SPN”, de la CIA enterada de los sucesos, de algunos al menos, sin embargo, como si hubiese una acuerdo tácito en cada sector del gobierno, nadie los interrumpe, nadie les ataca o cuestiona, es casi como si cayera sobre la realidad diaria un hechizo que hace a los no involucrados, en forma directa, mantenerse apartados de lo que se viene.
-Dean
-¡Cass! ¡Dios! Casi me matas del susto, ¿Qué pasa?¿Averiguaste algo?
-No tengo mucho tiempo, pero hay algo que debes saber, Joshua...¿recuerdas a...
-Sí, lo recuerdo – corta impaciente por saber el hombre
-Me pidió que te avisara que Lucifer puede ser de ayuda – con la cara de Dean se podría escribir un poema sobre la sorpresa – Su energía al menos – aclara levemente el ángel – Él dice que Sam puede aprender a controlarla y de esa manera tendrán la fuerza de un arcángel de su parte.
-¿Cómo sabes lo de Sam?
-Johsua.
-¿Cómo vamos a controlar a Lucy?
-No lo sé – escucha la nada - Tengo que irme.
-Esp... - no tenía sentido, el maldito se había ido.
Dean corrió el camino de regreso a la Sala de Estrategias (ya le pusieron el nombre nomás) a comunicar la noticia de último momento de los canales emplumados. Un brillo de esperanza en la noche cerrada.
Sam y su padre se marcharon de inmediato en busca de antiguos textos que John tenía a resguardo en uno de sus tantos escondites en los cuales creía recordar había información sobre posesiones de ángeles. Dean no los acompañó, se sentía un poco violento al estar cerca de John, no le gustaba discutir con su padre, siempre se guardó sus pensamientos y críticas. Su vida y la de Sammy habían dependido de seguir las órdenes de ese hombre, confiar en él y en su capacidad de mantenerse vivo y mantenerlos a ellos en igual estado no había sido más que instinto de supervivencia. Reconocía que tenía razón en sus pensamientos, pero su padre había echo lo mejor que pudo, era un hombre diferente a él, no podía pedir que hiciera lo que él hubiera querido, cada quien toma las decisiones que siente y puede. Juzgar y culpar no servía de nada y era una pérdida de tiempo, por experiencia sabía que personas como su padre no cambiaban, o se los aceptaba como eran o se los dejaba ir y él sólo tenía un padre, bueno, dos con Bobby, pero no echaría a ninguno. De todas maneras era tiempo de otras cosas, era hora de avanzar y encarar nuevos retos.
El resto de los cazadores se mantenían ocupados, entrenaban, aprendían sobre los nuevos tiempos, ahora estaban involucradas también las criaturas que Dean descubriera días atrás.
Un grupo de varias decenas de personas se encontraban en el galpón que visitaron el primer día, su ocupación era investigar todo tipo de documentos que les pueda reportar armas o ventajas contra ángeles y demonios, Dean se reunió con ellos puesto que allí estaban su madre, Ellen, Caleb, Jim y Bobby, todos ocupados, cada uno con su tarea, todos blancos perfectos.
El ataque vino de ningún lado y recorrió cada individuo, los cazadores fueron despedidos por los aires por medio de una energía indetectable, Dean se recuperó primero y tomando el cuchillo mata demonios se preparó para identificar la fuente del poder, no necesitó esforzarse, de pronto tenía frente a sí a Raphael. Era un hombre que pensaba rápido, el cuchillo no le servía, no tenía a su alcance una espada idónea para matar arcángeles y dudaba que ninguno de los presentes guardara aceite sagrado cerca, también se le ocurrió preguntarse qué carajos había pasado con todos los símbolos anti-ángeles que habían pintado por todo el campamento.
Sus compañeros intentaban pararse sobre sus pies pero la visita no se los permitía y Dean no podía evitar pensar que tenía seres queridos ahí.
-Dean – una sonrisa, una terrible y su cuerpo volando unos metros hasta dar con sus huesos en el piso, carta de presentación de un ángel caliente (en Argentina se suele usar como sinónimo de “cabreado”) – Te dije que Zacharaiah no tenía ni de cerca mi imaginación. Hoy te lo voy a demostrar.
No hubo ningún movimiento, ninguna insinuación de una acción pero el brazo recientemente cicatrizado del cazador se abrió limpio en cada herida, sobrepasando las anteriores llegando hasta el hombro, el dolor fue tan agudo y repentino que Dean no pudo contener el grito estrangulado. Mientras los presentes procuraban actuar pero el arcángel se los impedía sin esfuerzo.
-Hg...Hijo de puta – resolló el muchacho.
-Yo no tuve madre Dean – entonces volvió la vista a un punto del recinto – Pero tú sí.
Mary fue arrastrada contra su voluntad hasta quedar de pie frente a su hijo.
-Dime Dean, ¿dónde está tu hermano?¿Dónde está Lucifer?
-Vete al demonio.
-¡Ah! No deberías ser tan insidioso, puedo hacer muchas cosas para pagar tus pullas – gira un dedo y Mary recibe heridas lacerantes por todo el cuerpo que la cubren a ella y el piso de sangre en segundos.
-¡¡Nooo!! - gritó el muchacho intentando detener en vano el ataque.
-¿Tan pronto cedes cazador? Dime dónde está.
-Nn...no, D ...Dean, no dejes...... que gane – alcanza a decir su madre antes de caer en la inconsciencia.
-¡NO! -
-¡¡¡JAJAJA!!! - la risa cruel y grabe del ser retumba en las paredes – Vamos Dean, dime lo que quiero y te prometo una muerte rápida.
Sabía que se la daría, pero acababan de descubrir que Sam podía ser su mejor arma y aunque no lo fuera él no le vendería, por ahora su hermano era la única carta con la que contaban y no la iba a tirar a la basura, aún si significaba que todos allí murieran, daba gracias de que sólo los más cercanos supieran la localización de Sammy e imploró porque ellos tuvieran la fuerza de resistir. Miró a cada uno de los reunidos en ese fatídico lugar y la tristeza y determinación de sus ojos les dijo a todos que no iban a salir del lugar en una pieza, terminaban de ver la clase de poder de ese ser y no tenían ninguna posibilidad de escapar.
-Jódete – fue la respuesta del cazador y el inmortal lo lanzó en el aire disfrutando el sonido de huesos rotos cuando su cuerpo dio con el piso.
-Disfrutaré esto.
-Sabía que eras un sádico. - habla entre jadeos pero mantiene el tono mordaz de la voz - Ya se porque los abandonó su padre, ustedes están locos.
El ser sólo cerró el puño y Bobby cayó muerto. Dean únicamente atinó a agachar la cabeza, estaba impotente no había nada que pudiera hacer por él, ver morir a su amigo, su segundo padre de una manera tan simple y cruel lo embargaba de un pena inabarcable.
-Dímelo.
-No – un monosílabo frío y resignado de alguien que sabía estaba a punto de vivir el más terrible de sus días, no se equivocó.
El arcángel se dedicó con tranquilidad y pasmosa precisión a matar uno por uno a todos los cazadores de la sala, eran más de treinta personas que no tuvieron otra opción que aguardar su turno ante un ser tan superior en fuerzas que ni siquiera les permitió correr.
A pesar de los gritos nadie acudió a su rescate, únicamente podía pedir que fuera por algún tipo de conjuro y no significara que todos estaban muertos.
Esos mismos gritos llenaron los oídos de Dean de súplicas y ruegos. Cerró la mente y el corazón, dejó que los sonidos le resbalaran por la piel hasta caer en el olvido del vacío en su interior. Muchos se mantuvieron firmes a sabiendas que el sacrificio que se hacía tenía una meta superior, sus amigos estuvieron entre ellos y como el cazador supo desde que vio a Cal, los perdió de nuevo, uno a uno en unos instantes que se le antojaron eternos.
Nadie mereció el perdón del angelical soldado, para él no eran más que animales de dos patas que no merecían ni siquiera su desprecio.
-Sólo quedas tu Dean – lo dijo con auténtica alegría y el cazador sintió la bilis crecer – Sigues sin decir palabra. Para ser alguien que se comportó de forma tan arrogante la última vez que nos vimos hoy no pareces tener mucho que demostrar.
La tortura empezó y continuó por horas, o tal vez eran minutos o días, Dean no sabía, el dolor era como una capa de irrealidad que tapaba todas las demás sensaciones y emociones, no lloraba ni gritaba, soportar el dolor era esfuerzo suficiente. Cada parte de su cuerpo era una herida y la sangre se mezclaba con la de sus compañeros, el lugar se parecía más al set de filmación de una película de terror que a algo real en el tiempo y el espacio. La mente de Dean se concentraba en una cosa, aguantar sin decir nada sobre Sam.
Finalmente encontró un resquicio, con su agudeza habitual un tanto obnubilada pero aún existente, pudo captar el momento en que la impotencia que él había sentido mientras Raphael mataba a todos era transferida a éste por la terquedad del cazador y encontró la voz para realizar un último esfuerzo con el propósito de hallar el final.
-Si... - tuvo que escupir un poco de sangre antes de continuar – ...sigues..... siendo mi …....puta, eh?
Un momento de furia, sólo uno, el arcángel no pudo controlarlo, porque ese era diferente, ese era un grano en el culo, una protuberancia que había que reventar. Un movimiento brusco, un gesto violento y el cazador cayó muerto.

********************


-Bienvenido Dean – la voz surgía de la distancia – Beltrán terminó contigo, ahora me toca a mí.
Algo en la voz, el nombre, la actitud, el aroma del aire, en la tierra que pisaba hizo abrir los ojos al nombrado, deseó no haberlo hecho.
Porque no estaba muerto, Raphael no había, de una vez por todas, acabado con su vida, su sufrimiento, Raphael no existía, los últimos tres años no existían, no existía Sam matando a Lilith ni cayendo al infierno ni saliendo con Lucy dentro, no existía el regreso de sus amigos ni sus muertes porque simplemente Dean no existía.
Ahora sabía dónde estaba, el lugar de donde nunca había salido, el lugar que le generaba cada pesadilla, aquel al que había, voluntariamente elegido ir, estaba en el Infierno y conocía a quien estaba frente a él.
-¿Me recuerdas?
Nadie que hubiera conocido a ese ser lo olvidaría jamás, nadie olvidaría su nombre, éste se abre paso entre los labios del cazador, rezumando odio y desprecio.
-Alastair.

Continuará... 


No me odien...hasta mañana :P

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