Ipod

miércoles, 23 de marzo de 2011

Misión - Capítulo 6

Vamos bien, espero seguir así hasta el final *_*
"Sigue así Lau, sigue así!"


Capítulo 6


Había esperado tanto tiempo por esas palabras, nadie, nunca, le había dicho a Dean “Te amo”, no de verdad, muchas mujeres se lo dijeron, a él y quien sabe a cuantos más, pero de verdad, de esa manera que suenan cuando salen del corazón, como si decirlas causara un cierto dolor, una emoción que se transmite con los ojos, de esa manera no se las ha dicho nadie más que su madre, tenía cuatro años la última vez que las oyó, las recuerda, conforman muchos de los mejores momentos en los recuerdos que guarda de su madre, por eso las reconoce. Dean las escucha, las siente como un bálsamo que llega hasta su corazón, él las había esperado, deseado que alguien pudiera sentir eso por él, sentirse querido sin importar qué, lo había echo, mucho tiempo, tiempo atrás. Porque ahora Dean es como un perro apaleado, de esos que sólo ven en la mano que se les tiende solícita el futuro golpe que les será propinado. Quiere creer lo que escucha, quiere que sea cierto, pero teme tanto que no sea así, no se permite reaccionar, tiene que pensar, tiene que calmarse.
Apoya la espalda en la pared, los codos en las rodillas, inclina la cabeza y la envuelve con las manos. Vencido en tantas maneras que no sabría por dónde empezar.
-Si eso es cierto Sammy ¿por qué no me dijiste la verdad?¿por qué no me dijiste que habías vuelto? - la voz se oye apagada por la posición de su cuerpo pero es palpable el dolor.
-¿Piensas que fue un castigo?¿Que me avergonzaba de ti o algo por el estilo?
-Ya no se que creer o esperar. No te conozco Sam, tu mismo me lo dijiste una vez, pero antes era capaz de leerte ahora no. No se por qué me cuentas esto, no se por qué me dices que me quieres-
Es tanto el dolor encerrado en Dean, tantas las deudas que le debe la vida, que confiar se le hace a cada instante más difícil. Es tentador, demasiado, porque es un perdón y es el regreso de un hermano, pero sabe que si es un espejismo ya no será capaz de levantarse de ese golpe, está tan cerca del borde del abismo que el vacío se le hace más tentador que la tierra firme, un soplo del lado incorrecto y caerá para siempre.
-Te lo digo porque necesitas escucharlo, necesitas que alguien te lo diga, porque lo cierto es que debí decirlo mucho antes y fundamentalmente porque lo siento así y quiero decírtelo – Sam piensa que tal vez se tardó demasiado y su hermano ya no sea capaz de creerle – A diferencia tuya yo nunca he sido demasiado bueno en entenderte y lo digo así porque tu has sabido ver a través mío, supiste ver mi transformación, mis cambios. Aquello que dije ese día fue por bronca y miedo, era como un niño malcriado y me desquité contigo, pero siempre has sabido adivinar mis reacciones. En cambio yo no he sido hábil para ver tus cambios, no vi que agotado estabas de la lucha hasta que casi te perdí, jamás he podido comprender los objetivos de tu vida o aquello que te moviliza, pero puedo ver que sufres y querías saber la verdad, estoy contándote la verdad, toda la verdad Dean. No quiero que haya más secretos entre nosotros, para bien o para mal te contaré hasta mi último secreto. Te prometo que lo diré todo, pero déjame seguir – habla calmado, con esa voz que se carga desde que Dean lo ha vuelto a ver, suave y educada.
San presiente que debe andar con cuidado o perderá su única posibilidad de tener a su hermano de vuelta, pero tiene que seguir, nunca podría iniciar esa conversación de nuevo, jamás tendría el valor para recordar todo en otra ocasión. Se sienta junto a Dean.
-Fue por ese castigo que supe sobre Zaira, pero gracias a lo que Lucifer hacía aprendí algo más – retoma el hilo de la historia – Si controlaba mis reacciones, si mantenía mi angustia dentro de mi, de alguna manera que no entiendo, podía ingresar en su memoria, en su inconsciente y saber cosas que él se guardaba. Vi el odio terrible que sentía por nosotros porque le habíamos vencido. Aprendí muchísimo durante mucho tiempo y finalmente fui capaz de entrar en su mente y controlarlo.
Dean continúa impasible, a pesar de que el menor ha soltado en palabras el equivalente a mil bombas atómicas, Dean no hace nada, si no tuvieran los hombros pegados permitiéndole sentir el movimiento de la respiración de su hermano, su calor, cierto apoyo, Sam no sería capaz de continuar.
-En un principio no podía hacerlo más que segundos, pero ya era algo y la esperanza empezó a surgir dentro mío, esperanza que debía mantener oculta a los ojos inquisidores de mi huésped. Practiqué cada día, mantener el control provocaba que quedara inconsciente la mayoría del tiempo, cada vez que me sentía vencido escuchaba tu voz – lo empuja juguetón con el hombro – Siempre estabas en mi cabeza, me dabas aliento, me decías que todo estaría bien, que un día saldría de allí y estaríamos juntos, que podríamos vivir nuestras vidas, que no me diera por vencido. Dean, podría jurar que me implorabas que resistiera un poco más y lo hice, porque eras muy molesto en mi cabeza, parecido a tu yo real – realiza una mueca risueña e irónica y el mayor levanta la cabeza – Aunque no estabas ahí, aunque no eras realmente tu, pensar en ti me daba fuerzas para seguir. Además no tenía otra cosa que hacer excepto presenciar la depravación alrededor mío, así que me dedicaba a entrenar cada momento que me encontraba lúcido. Por décadas fui robando minutos a la consciencia de Lucifer, sólo minutos para que él no lo notara, tanto estuve en ello que me volví muy bueno, podía quitarle el control de mi cuerpo a voluntad. Empecé a extender los períodos, hasta que logré horas y luego días, él ya sabía lo que pasaba y estaba furioso, no te voy a hablar de las represalias de su furia porque ya conoces lo suficiente que puede suceder allí. De todas maneras no me importaba, porque yo ganaba cada día más tiempo en mi propio cuerpo. Primero un día y luego dos, una semana, un mes, un año y me pasé dos décadas gobernando mi cuerpo mientras permanecía encerrado en una prisión que no era la mía.
Se revuelve los cabellos con la mano.
-Fue entonces cuando todo pasó, no se cómo ni quién, pero un día la jaula se abrió, era libre y … - se gira hacia su hermano y se chocan sus miradas - ...quisiera decir que tomé recaudos, que lo pensé bien, pero te prometí la verdad. Huí de allí, corrí tan rápido como me lo permitieron mis piernas, ese lugar, el Infierno, es enorme, nunca habría encontrado la salida, pero no necesité hacerlo, me dormí agotado y cuando desperté estaba de regreso.
-¿Lucifer está ...?
-Lucifer está dentro mío, aún está aquí – se golpea el pecho – Por eso no te busqué Dean, porque no quería cargarte con este peso. No por tus culpas, por las mías. - aclara por si su hermano lo cree necesario - Samuel me ha estado ayudando, hemos buscado todo tipo de maneras para acabar con esto, pero se nos escapa el secreto. No encontramos a nadie capaz de quitar un arcángel de su recipiente. Ni siquiera a nadie que creyera posible dominar a uno. Perdóname por no contarte esto, no fue para dejarte de lado fue porque no tuve el valor para enfrentarte, no quería ver tu mirada de desprecio, no tenía la fuerza de recibir tu juicio...
Sam es sorprendido por una risa profunda.
-Sammy, te vi controlarlo antes, ¿recuerdas?. ¿De veras creíste que estaría más preocupado porque Lucifer esté dentro tuyo que feliz por tenerte de vuelta? - vuelve a reír – Hermanito, tu sí que no me conoces. - se golpea la frente con la palma abierta de la mano – ¡Qué desgraciado eres! Y ¡Qué oxidado estoy! – el otro está simplemente perdido – ¡Probaste todos trucos contra demonios! ¡Cuando nos volvimos a ver, agua bendita, sal, plata! Debí hacer el sigilo de Cass, te hubiera mandado a la China, abría estado jodido para volver y te lo abrías merecido por no avisarme antes.
Sam se une a su risa, ese es su hermano, ese es Dean.
-Sabes, esto me recuerda al último día que pasé aquí, cuando te apareciste en el Impala enfrentando dos arcángeles cojonudos – sonríe con el recuerdo que le caldeaba el alma en su estadía infernal – Fue ese día que Lucy empezó a odiarte. Te conté que lo hacía, pero no te dije algo más que descubrí, no es sólo porque le vencimos, te odia porque tu elegiste salvar a tu hermano cuando el suyo eligió matarlo, porque tomaste la opción que él siempre ha deseado que Michael tome y lo hiciste al primer intento. Un humano, la creación más aborrecida por él, hizo lo que su hermano jamás hará y, gracias a ti, siente envidia de mí, me sentí extrañamente feliz cuando supe que me envidiaba por tener un hermano que me amaba por encima de las directivas paternales. Por eso te digo que te amo, porque es hora de que sepas que no eres el único.
-Nos estamos poniendo sentimentales Sammy – se escucha en su voz un vestigio de la fuerza del viejo Dean.
-Son los años y las estadías en el Infierno Dean, nos merecemos un poco de sentimentalismo – se le ilumina la cara con una sonrisa, una real, como las de antes y se agita la memoria del mayor.
-¿Es por él que estás cambiado?
-Como te dije, él no puede controlarme, pero aún está ahí. Puedo escucharlo a veces, emite opiniones, en ocasiones siento una reminiscencia de sus sentimientos. Eso me hace actuar distinto, de alguna manera contamina mi ser, pero también está el control que debo ejercer, es un trabajo de tiempo completo. No se cuanto dure esto. Fui egoísta, debí quedarme allí, pero no pude hacerlo y les traje éste monstruo de regreso.
-No, no trajiste un monstruo – el menor le mira y Dean reconoce dentro de sí ese amor incondicional que tiene grabado en su interior, el amor por ese gigantón – Trajiste a mi hermano..... y lo extrañaba.
Lo abraza, Dean vierte en ese gesto todo la angustia que vivió ese último año, toda la necesidad de rescatar a su hermano, de tenerlo a salvo, vierte el amor que nunca le ha dicho que siente pero no es necesario que esas palabras se digan, nadie que los conozca puede dudar de su amor por Sammy, hay humanos, demonios y ángeles testigos de ese amor. Tiene a su hermanito de vuelta, eso le da fuerza, aún está al borde, pero por ahora hay un huracán envistiendo en dirección a la tierra.
Sam no entiende, pero su hermano lo está abrazando, siente amor y calidez en ese gesto y corresponde emocionado, porque ése es el abrazo del reencuentro, el abrazo de la bienvenida, está de regreso y su hermano se encuentra junto a él. Entiende que Lucifer lo envidie, entiende que cada hermano de este planeta lo envidie, porque él tiene a su lado al mejor hermano que ha existido y que existirá. No puede decirle eso a Dean, lo volvería loco de por vida, pero lo sabe, sabe que su hermano es la mejor persona para estar junto a él y lo necesita, necesita su afecto, el calor que el otro transmite. Necesita que la humanidad desbordante de Dean lo toque a cada instante, porque sabe que puede perder esa batalla cualquier día, pero si le queda una esperanza es la de que estando junto a su hermano le será posible alimentar al Hombre para que el Demonio muera de inanición.
Ya no hay secretos entre los hermanos, no hay mentiras, hay miles de heridas y cientos de problemas, pero están juntos de nuevo, son cazadores, son hermanos, son familia y como familia son fuertes, como familia son uno y son todo, porque ningún hermano Winchester es nada sin el otro hombro a hombro.

Continuará...


Muchos Besos :D

No hay comentarios:

Publicar un comentario